Mas ¡ay SeñYa!, que yo me veo oprimido por mis vicios, y cargado con mis culpas y pecados, y no puedo levantarme sin los poderosos auxilios de la divina Agudeza, y sin el favor de vuestro maternal socorro. Su súplica de paciencia a Todopoderoso se refleja en esta gracia: “Les https://erichv739neu4.like-blogs.com/profile