Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Cada gesto suyo era pura maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como https://rishilusj632272.blogunteer.com/37348386/reacciones-al-cabezazo-de-zidane-en-2006